viernes, 29 de agosto de 2008

VIII. Visión del inconsciente

Envidio al aire que te toca
al recuerdo desgastado
que anhela tocar el tuyo

Te extraño de lejos -pienso- .

En mis bolsillos rotos
guardo un beso extraviado
para acariciar tu voz.

Mientras escucho al tiempo
flagelar el segundo
aullo a la luna que rie
a la que toma mi verdad para sí.

Sus ojos de fuego negro
me hacen tararear.

Ese espejo de vida falso
deja que se me escape
un suspiro nostálgico
que no percibes.


Daniel Pérez Astros

miércoles, 27 de agosto de 2008

VII. Sin título

Vacio blanco en la nada
es un recuerdo
viejo de descuido
culpa imborrable
por el jugueteo perdido
por una lágrima inútil
por las palabras sueltas
¡sé que una excusa no es suficiente!
Acepto a mi destino-juez
escucharé firme mi veredicto...
Ahí
en una pelota huérfana
está una sombra detrás de mi


Daniel Pérez Astros

domingo, 10 de agosto de 2008

[4]

Huele a cinismo de abolengo.
Aire turbio merodeando.
Pisos de dédalos
que esperan ser pisados.
Presagio centinela...
La confianza suele ser relativa.

Minena Pérez Astros

viernes, 1 de agosto de 2008

[3]

Resolución casi matemática
en forma de cubo.
Polvo que cubre todo,
desde mi sombra
hasta los peluches de la esquina,
escaparate lleno de ropa
y recuerdos ancestrales.
Coincido con mi cama
que aguanta todos mis humores.
Polvo-mucho polvo-,
zapatos regados,
almohada confidente,
desorden que me es propio.
Todo eso, es mio...
Todo eso, soy yo.

Minena Pérez

[2]

Mejor camino al revés, o de cabeza,
ya lo derecho me aburrió.
¡Que venga lo izquierdo!,
y no me refiero a política.
Mejor digo: los políticos,
que poco me importan.
Bufones encorbatados
llenos de palabrerías pendejas.
Mejor camino al revés, o de cabeza.
Y aún así veo todo
patas pa' rriba.

Minena Pérez Astros

[1]

Piernas, ganas y sueños vagabundos
timados por un tétrico
espejismo dibujado.
Zapatos, sucios de cualquier porquería,
suelas desgastadas de olvido latente.
Ojos agobiados de ver lo mismo
y que pronto se hicieron rojos e irritados.
Maldita monotonía
que mata lentamente.
Maldita porquería que no deja ver.
Voy a contracorriente...
y aún así no me ven.

Minena Pérez Astros

Talantes III


Sobre un verso trillado
que cristaliza el tiempo en el crudo espejo
se enfrenta mi reflejo que ya es distinto sin ti
con ojos de gallo muestra mi rostro cansado
de esfinge hueca
lleno de asombros
herido de dudas
y en un vistazo elocuente
me amenaza como ceniza triste atrapada en el lamento
como seda titilante que pasa hoy con menos peso
queriendo colorear la existencia
que acaba
y me sujeta feroz en el rastrojo de mi delirio
en la mortaja
en el silencio

Juana Emilia Kahlo

Talantes II


Te sigo
y arrastro el perfil de tu mirada
en la cornisa voy dibujando las historias
impacientes por la rabia agradecida
intentando tapar todas sus grietas
elevando al cielo agoniosas miradas
con ojos de repuesto

me pierdo en recuerdos de lejana infancia
en el margen de lo singular sigo siendo invisible
gusano vestido con alas alucinantes y fugitivas
tarareando sueños en la deliciosa lejanía
en el país que me coincide abro mi equipaje
y a la vez doy camino a la memoria

tú encontraste la manera suave
pero inclemente de echar mis hojas a un mar sin orilla
con un solo respiro las ceñiste de esperanza
tejidas gota a gota
desahuciadas despacito y sin aliento
ahogadas en dicha
en desvelo
en suspiros
en sonrisas
en cantos botados de dos en dos


Juana Emilia Kahlo

Talantes I


Hablando solo
cociendo diálogos
como nubes espesas
que en el fondo de notas tristes
descubren sumantes miradas
de risita tirana con forma de ojal

nodrizas de la mente
furiosas
desteñidas
por las telarañas de la infancia
que sobre cometas y estrellas
dejan una suerte a modo señal
para llegar a la esquina del sol
como río que baja celeste y sin prisa
jugando a ser polvo y sombra
y en la liturgia de los despedidos
van cortando verbo a la imaginación

disperso por el viento
atento al sonido de un eco
desde el primer despertar de la conciencia
como lámparas suaves
que se cubre entre las piedras
girando en un carrusel de caricias
de melodía rasgada y agitada
distraídos
soñolientos
por no poder ser aquella dicha que sana
se despoja del crepúsculo
y duerme


Juana Emilia Kahlo