sábado, 31 de mayo de 2008

II. Escarbo

Extraños rocíos…
Escarbo en silencio
un ciego final de tiempos,
revuelvo mi dolor
en esta cárcel de piedra húmeda.
Escarbo evitando llorar
sin limpiarme las uñas.
El aire redondea un secreto
y me arrodillo en lo oscuro.
Escarbo en silencio
un intento vano
y evito encontrarme.
Anamaría Fátima León

1 comentario:

Juana Emilia Kahlo dijo...

Escarbo. Conciso, concreto y pujante. Me encanta.
Las mejores cosas de la vida nacen gracias a los que escarban.