No estoy sucia,
regreso a mi
suturando preocupaciones.
Ojos cerrados
en la retención de una lágrima,
en una sonrisa plena,
porque no quiero derramar palabras.
Vuelvo mi cara a la piedra
deslastrada de lo ajeno
que se subió en mis hombros
y se enconó.
Cerca de la ventana como si no me vieras
redescubro impulsos aun latentes,
no se han escapado
persisten en un río espeso.
Regreso como quien no teme
Entonces, viven mis fantasías.
Anamaría Fátima León
sábado, 31 de mayo de 2008
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