Cuando todos duerman
para no sucumbir a las campanas de mi recuerdo
sin herir la piel de crayón
y el fuego de las túnicas
robaré el alquitrán de tu voz
eres ahora mariposa consumada
envuelta por tiras de palabras
queriendo reparar el cristal roto del cielo
fundiendo el hierro y el barro
hilvanando el borde de los sueños como veletas en soplo
que refrescan mis ávida manos
y estrangulan los suspiros
Te pensé sin agobiarme
heroína de mi soledad
prepara la cama para dos
que el espacio sigue siendo omnipotente
tan natural como un café y dos cigarros
Juana Emilia Kahlo
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